martes, 23 de diciembre de 2014

Para ser fuerte

No veas en los obstáculos una fuente de problemas, descubre en ellos la oportunidad de superarte y enfréntalos con valentía.

Un día, una pequeña abertura apareció en un capullo; un hombre se sentó y observó a la mariposa por varias horas, mientras ella se esforzaba para hacer que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño agujero.

En tanto, parecía que ella había dejado de hacer cualquier progreso. Parecía que había hecho todo lo que podía, pero no conseguía agrandarlo. Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa: el tomó una tijera y abrió el capullo. La mariposa pudo salir fácilmente, pero su cuerpo estaba marchito, era pequeño y tenía las alas arrugadas.

El hombre siguió observándola porque esperaba que, en cualquier momento, las alas se abrieran y estirasen para ser capaces de soportar el cuerpo, y que éste se hiciera firme.

¡Nada aconteció! En verdad, la mariposa pasó el resto de su vida arrastrándose con un cuerpo marchito y unas alas encogidas. Ella nunca fue capaz de volar.

Lo que el hombre, en su gentileza y su voluntad de ayudar no comprendía, era que el capullo apretado y el esfuerzo necesario para que la mariposa pasara a través de la pequeña abertura, era la forma en que el creador hacía que el fluido del cuerpo de la mariposa, fuese a sus alas, de tal modo que ella estaría lista para volar, una vez que se hubiese liberado del capullo.

Algunas veces, el esfuerzo es exactamente lo que necesitamos en nuestra vida. Si Dios nos permitiese pasar por nuestras vidas sin encontrar ningún obstáculo, nos dejaría limitados. No lograríamos ser tan fuertes como podríamos haber sido.
Nunca podríamos volar.

Pedí fuerza............. y me dio dificultades para hacerme fuerte.
Pedí sabiduría........ y  me dio problemas para resolver.
Pedí prosperidad.... y  me dio cerebro y músculos para trabajar.
Pedí valor............... y  me dio obstáculos para superar.
Pedí amor............... y  me dio personas con problemas a las cuales ayudar.
Pedí favores........... y  me dio oportunidades.

Yo no recibí nada de lo que pedí...
Pero he recibido todo lo que necesitaba.

Vive la vida sin miedo, enfrenta todos los obstáculos y demuestra que puedes superarlos.
 

lunes, 22 de diciembre de 2014

Dialogo entre el amor y el querer

Hace tiempo tuve un sueño, en él dialogaban el Amor y el Querer.
El querer le decía al Amor.
-- ¿Por qué eres tan eterno?.
Y El Amor con gran paciencia respondió.
-- Quizás sea por que no poseo nada.
-- Eso es imposible, - exclamo el Querer - posees todas las cosas, como yo ¿Acaso no somos el mismo ser?.
-- ¿Tú crees? Pues dime ¿Qué es lo que tu posees? Respondió el Querer.
-- El amante que posee al ser amado, el político que posee el poder, el religioso que posee la fe, yo poseo todo aquello que quiero.
El viejo Amor le dijo:
--Ves, tú mismo te respondes, yo cuando amo no poseo al objeto amado. Yo amo a una mariposa en vuelo, amo una flor con su tiempo contado y amo al hombre que en su vida se asemeja al vuelo de una mariposa y al tiempo contado de una flor.
Muy exaltado el Querer exclamó.
-- Eso es una QUIMERA.
En su inagotable paciencia el Amor le responde.
-- El mundo es una QUIMERA. ¿Que crees que soy yo?.


Dar vida

La vida es tan grande y tan pequeña a la vez, que si tú quisieras de ella harías un mundo de ilusiones, que con el tiempo alcanzaría grandes propósitos impuestos por ti mismo.

Es tan pequeña cuando no hay interés, ni cuidados, ni amor por ella misma.

Un descuido lamentable y todo acaba, dejando apagar esa flama que fue ardiente por solo una desilusión; siendo que se tenían tantas ilusiones.

Como aquel grano que un día comenzó a germinar, que fue cuidado con amor, deseos de prosperidad y que creció, dio alegría, sombra, refugio, fruto, semilla y esperanza de un andar, un seguir, un continuar, así la vida sigue si se lo permitimos.

Hay cosas inexplicables que nos suceden, pero todo tiene un fin y una explicación lógica, solo debes utilizar un poco mas de tu misma vida y tu tiempo para encontrarla y aprender de ella sin perder oportunidad.

Recuerda, "Lo que cuesta, que valga".

Esta vida no termina, eres luz y vida. Y esa vida crecerá según como hayas dejado huella, así como eres ejemplo de vida debes darlo también no solo procreando.

Entrégate dando lo mejor de ti, eres vital para que ella continúe.

No desfallezcas, los grandes logros comenzaron muy pequeños, pero tuvieron aliento de alguien con esperanza que no sosegó, que no dejó de tener fe y que anteponiéndose aún a las adversidades han sido realizados.

Cuando tropieces, cuando sientas desfallecer o cuando creas que todo a terminado; voltea un poco hacia atrás, voltea a tu alrededor y recuerda todos tus proyectos.

Ve el ejemplo de vida en los demás seres, fíjate en todo, pero principalmente en lo positivo y agradece a Dios un minuto más de vida, agradece esa oportunidad mas y el criterio que te ha formado para ver las cosas de la mejor manera.

Siente tu vida y da vida!!.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Palabras que brillan

Un hombre había pintado un lindo cuadro.

El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista.

Llegado el momento, se tiró el paño que revelaba el cuadro. Hubo un caluroso aplauso.

Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa.

Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía.

Hubo discursos y elogios. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte.
Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La puerta no tenía cerradura.

Y fue a preguntar al artista: "Su puerta no tiene cerradura, ¿Cómo se hace para abrirla? "

"Así es," respondió el pintor. "Porque esa es la puerta del corazón del hombre, sólo se abre por el lado de adentro"

sábado, 20 de diciembre de 2014

Modales

El libro de la sabiduría dice: "Los modales de la gente buena son Agradables, pero los modales de los soberbios son bruscos y antipáticos"

Aquí una lista de modales simpáticos:
> - Llevar siempre un rostro agradable y sonriente (saludar antes de que nos saluden)
> - Hacer bien a quienes nos hacen mal
> - Aprenderse el nombre de  los demás (por su nombre y no apellido)
> - Dar siempre las gracias
> - Recordar fechas importantes (cumpleaños, aniversarios, grados, etc)
> - Alabar las cualidades y éxitos de los demás.
> - Contestar pronto las cartas, llamadas telefónicas y e - mails.
> - Escuchar con verdadero interés lo que la otra persona nos dice
> - Hablar bien de los demás
> - Saber negar un favor con toda gentileza
> - Saber decir un SI con verdadero cariño cuando vamos hacer favores
> - No gritar en las reuniones

Tener modales simpáticos es una de las condiciones de formarse un buen carácter.

Tienes un buen carácter?, no?, entonces a formarlo.

Evoluciona

Crecer  es dejar atrás algo a lo cual estuvimos apegados y de lo cual nos cuesta  desprendernos,
es atrevernos una vez más y estar dispuestos a ser diferentes de  lo que fuimos ayer,
es desarrollarnos y evolucionar desde adentro.

Cuando decidimos cambiar una actitud negativa, estamos creciendo.

Cuando decidimos corregir un error, estamos evolucionando.
Cuando dejamos de hacer algo que nos empequeñece, estamos desarrollándonos.
Todos los días la vida nos presenta oportunidades de crecer.

Para  proyectarse en el tiempo como algo duradero, este cambio debe ser paulatino y consciente. Observemos a la naturaleza, y más particularmente a  los  árboles:

en  otoño  pierden  su follaje y se liberan de la carga innecesaria,  recogiéndose dentro de sí para recibir el invierno. Por fuera, parecieran no tener vida, pero preparan sus raíces para que en la
primavera sus ramas puedan ver surgir los primeros brotes, dando lugar a las hojas y luego los frutos del verano.

Si logramos desprendernos de esas hojas que no necesitamos mientras desarrollamos nuestra esencia, también podremos dar frutos y transformarnos.

jueves, 18 de diciembre de 2014

El secreto de papa noel

En Nochebuena un niño miró fijamente a Papá Noel
y le dijo: "Quiero saber tu secreto". Le susurro al oído: "¿Cómo lo haces, año tras año?

 "Quiero saber cómo, mientras viajas dejando regalos aquí y allá, nunca se terminan.¿Cómo es, querido Papá Noel , que en tu saco de regalos hay suficiente para todas las niñas y niños del mundo? Siempre está lleno, nunca se vacía mientras va de chimenea en chimenea, a casas grandes y pequeñas de país en país, visitándolos todos.

Papá Noel se sonrió y le contestó, "No me hagas preguntas difíciles. ¿No quieres un juguete? Pero el niño dijo que no y Santa pudo ver que él esperaba una respuesta. "Ahora escúchame," le dijo al niño "Mi secreto te hará más triste y más sabio".

 "Lo cierto es que mi saco es mágico. Dentro de él
hay millones de juguetes para mi viaje en Nochebuena. Pero a pesar que visito a cada niña y a cada niño no siempre dejo juguetes. En algunos hogares no tienen comida, en otros hay tristeza, en algunos hogares están desesperados, y otros son malos. Algunos son hogares rotos, donde los niños sufren. Esos hogares visito, pero qué puedo dejar?

Mi trineo está lleno de cosas alegres, Pero para los hogares donde habita la tristeza, los juguetes no son suficiente. Así que en silencio me acerco, y beso cada niña y cada niño, y rezo con ellos para que reciban la alegría del espíritu de la Navidad, el espíritu que vive en el corazón del niño que no recibe, pero que da.

"Si Dios escucha y contesta mi oración, Cuando regrese el próximo año, lo que encontraré serán hogares llenos de paz, y amor. Y niños y niñas llenos de la luz infinita. Es un trabajo difícil, mi querido amiguito, dejar regalos para algunos y orar por otros. Pero las oraciones son los mejores regalos Porque Dios tiene el don de satisfacer todas las necesidades.

 Esa es parte de la contestación. El resto es que mi saco es mágico. Y esa es la verdad. Mi saco está cargado de amor. En mi saco nunca falta el amor y la alegría... porque dentro hay oraciones, y esperanzas.
No sólo juguetes. Mientras más doy, más se llena... porque dando es como realizo mis sueños.

"¿Y quieres saber algo? Tu también tienes tu propio saco. Contiene tanta magia como el mío, y está dentro de ti. Nunca se vacía, está llenito desde el principio de tu vida.
Es el centro de la luz y el amor. Es tu corazón. Y si en ésta Navidad quieres ayudarme, no te preocupes tanto por los regalos debajo de tu árbol. Abre esa saco que es tu corazoncito, y comparte tu alegría, tu amistad, tu dinero, tu amor".

 "Gracias por el secreto. Me tengo que ir". "Espera niño", dijo Papá Noel, "no te vayas. ¿Compartirás lo que tienes? ¿Ayudarás? ¿Te servirá lo que has aprendido?" Y por un momento el niño se detuvo, tocó su corazón y simplemente dijo: "Sí!!!".

jueves, 20 de noviembre de 2014

Enfrentate a la vida

Esta vez, no te hablaré de lo que es la vida. Compartiré los momentos que te hacen firme ante ella.

Si estás cansado de llevar siempre la misma rutina, ¡¡FIJA TUS METAS!!!
Traza las líneas del horizonte que te gustaría alcanzar y lucha por llegar a Ellas.


Sé que será difícil; pues hay obstáculos que te hacen caer, mas te puedes levantar y seguir adelante.
Encontrarás tropiezos que te harán más fuerte para enfrentarte a ella con valor.

Podrás ver al sol frente a frente y sin temor a la oscuridad de la noche, que a veces te resulta fría y aterradora.
Si deseas ser una de tantas personas que van por la vida, cual hoja al viento, no hagas nada, tan solo déjate llevar. Más aún si el viento deja de soplar, en cualquier momento caerás.
¡¡LUCHA, SÉ VALIENTE!!. La vida está en tus manos. ¡¡ERES JOVEN!!, tienes todo el potencial para realizar tus sueños anhelados.
Por último quiero decirte que todo esto nunca tendrá razón si no llevas a tu lado a aquel que Te dio la vida. A tu creador.


martes, 9 de septiembre de 2014

La carga se hizo dulce


 Después de crear la luz, las estrellas, el sol, la luna, el agua, las nubes y la tierra; Dios quiso crear los seres vivos, y empezó con las plantas.
Y así creó la hierba que la hizo verde, fresca y suave. Viendo que era buena se animó y creó las flores dando rienda suelta a su imaginación (¡figúrate lo que puede dar de sí la imaginación de Dios!) y las hizo de todos los colores tamaños y formas.
Aquí también quedó satisfecho, así que pensó en avanzar un poco más y formó los arbustos y matorrales más duros y resistentes. Y cuando ya había ensayado con el herbaje las flores y los arbustos, decidió culminarlo todo con la obra maestra de los vegetales e hizo los árboles.
Uno alto, espigado, con hojas pequeñas y gruesas, y el tronco resinoso.
Era bonito, pero Dios quiso hacer otro mejor aún, así que puso todo su amor e hizo otro con tronco mucho más grueso, con unas ramas que se abrían y bifurcaban infinitas veces formando ramas inmensas llenas de hojas. ¡Y qué hojas!
Grandes, con forma de estrella, y de un verde, que al soplar el viento producían unos brillos de lentejuelas y un susurrar que calmaba al más espírico. Y todo ello sustentado por raíces tan grandes y fuertes que sobresalían de la tierra. Y tal era el aspecto del nuevo árbol que daba la impresión de que si no estuvieran ahí todo el árbol subiría a los cielos.
Era, con mucho, el más bonito de todo el Jardín del Edén. Tanto era así que los pájaros, cuando todo estuvo creado, buscaban sus ramas para anidar, las ardillas buscaban las rugosidades de su corteza para cobijarse, todo tipo de animales buscaban sombra bajo sus ramas, se rascaban en su tronco. Todos estaban muy felices con ese árbol tan bonito. Todos... menos él.
Siempre estaba refunfuñando y de mal humor.
Un día Dios le preguntó el motivo de su enfurecimiento y él le dijo:
_¿Por qué me has maldecido así? ¿Qué he hecho yo? No comprendo qué afrenta te habré causado para que me pongas estas ramas tan grandes y pesadas, que encima tienen que soportar estas infinitas y enormes hojas que son muchas más de las que puedo cargar. ¡¿No ves que pesan mucho?!
El otro árbol lleva con ligereza esas hojitas minúsculas que le has dado, pero yo debo cargar con semejante lastre. Me has hecho mal. ¡No quiero éstas hojas!
Dios, al ver su cerrazón le dijo:
_De acuerdo, si crees que es lo mejor así sea. A partir de mañana no tendrás hojas.
El árbol se quedó encantado ante la idea y esa noche durmió feliz y esperanzado. Por la mañana se llenó de júbilo al ver que todas sus hojas estaban secas en el suelo. Pero pronto su alegría se tornó en tristeza.
Ya nadie iba a acogerse bajo su sombra, las ardillas ya no correteaban por él, los pájaros ya no anidaban sobre sus ramas. Bien es cierto que antes eran un incordio con sus piares, sus arañazos, su continua presencia no le dejaba descansar, pero estaba ahora tan solo, y pasaba tanto frío que empezó a llorar.
Tanto lloró que Dios se apiadó de él y le dijo:
_Ahora te das cuenta de tu gran soberbia y comprendes que no hay nadie más sabio que Yo. Esas hojas que te di eran precisamente lo que te hacía el ser el más deseado. ¿No compensaba eso con creces el peso de las hojas? ¿No te das cuenta de que ya te había dado yo fuertes ramas para sujetar semejante follaje?
Voy a devolverte tus hojas, pero para que no se te olvide tu osadía todos los años, en invierno te quitaré tus hojas, y para que compruebes Mi misericordia te las devolveré en primavera, y así el resto de los animales podrán volver a disfrutar de tu sombra.
Y así fue. Y el árbol, cada vez que apreciaba el peso de sus hojas se alegraba al pensar en la gran suerte que tenía al llevar semejante peso. Y esto se transmitió de generación en generación entre todas las familias de los árboles descendientes de aquel árbol. Y es por eso que aún hoy hay árboles a los que se les caen las hojas..Después de crear la luz, las estrellas, el sol, la luna, el agua, las nubes y la tierra; Dios quiso crear los seres vivos, y empezó con las plantas.


Y así creó la hierba que la hizo verde, fresca y suave. Viendo que era buena se animó y creó las flores dando rienda suelta a su imaginación (¡figúrate lo que puede dar de sí la imaginación de Dios!) y las hizo de todos los colores tamaños y formas.
Aquí también quedó satisfecho, así que pensó en avanzar un poco más y formó los arbustos y matorrales más duros y resistentes. Y cuando ya había ensayado con el herbaje las flores y los arbustos, decidió culminarlo todo con la obra maestra de los vegetales e hizo los árboles.
Uno alto, espigado, con hojas pequeñas y gruesas, y el tronco resinoso.
Era bonito, pero Dios quiso hacer otro mejor aún, así que puso todo su amor e hizo otro con tronco mucho más grueso, con unas ramas que se abrían y bifurcaban infinitas veces formando ramas inmensas llenas de hojas. ¡Y qué hojas!
Grandes, con forma de estrella, y de un verde, que al soplar el viento producían unos brillos de lentejuelas y un susurrar que calmaba al más espírico. Y todo ello sustentado por raíces tan grandes y fuertes que sobresalían de la tierra. Y tal era el aspecto del nuevo árbol que daba la impresión de que si no estuvieran ahí todo el árbol subiría a los cielos.
Era, con mucho, el más bonito de todo el Jardín del Edén. Tanto era así que los pájaros, cuando todo estuvo creado, buscaban sus ramas para anidar, las ardillas buscaban las rugosidades de su corteza para cobijarse, todo tipo de animales buscaban sombra bajo sus ramas, se rascaban en su tronco. Todos estaban muy felices con ese árbol tan bonito. Todos... menos él.
Siempre estaba refunfuñando y de mal humor.
Un día Dios le preguntó el motivo de su enfurecimiento y él le dijo:
_¿Por qué me has maldecido así? ¿Qué he hecho yo? No comprendo qué afrenta te habré causado para que me pongas estas ramas tan grandes y pesadas, que encima tienen que soportar estas infinitas y enormes hojas que son muchas más de las que puedo cargar. ¡¿No ves que pesan mucho?!
El otro árbol lleva con ligereza esas hojitas minúsculas que le has dado, pero yo debo cargar con semejante lastre. Me has hecho mal. ¡No quiero éstas hojas!
Dios, al ver su cerrazón le dijo:
_De acuerdo, si crees que es lo mejor así sea. A partir de mañana no tendrás hojas.
El árbol se quedó encantado ante la idea y esa noche durmió feliz y esperanzado. Por la mañana se llenó de júbilo al ver que todas sus hojas estaban secas en el suelo. Pero pronto su alegría se tornó en tristeza.
Ya nadie iba a acogerse bajo su sombra, las ardillas ya no correteaban por él, los pájaros ya no anidaban sobre sus ramas. Bien es cierto que antes eran un incordio con sus piares, sus arañazos, su continua presencia no le dejaba descansar, pero estaba ahora tan solo, y pasaba tanto frío que empezó a llorar.
Tanto lloró que Dios se apiadó de él y le dijo:
_Ahora te das cuenta de tu gran soberbia y comprendes que no hay nadie más sabio que Yo. Esas hojas que te di eran precisamente lo que te hacía el ser el más deseado. ¿No compensaba eso con creces el peso de las hojas? ¿No te das cuenta de que ya te había dado yo fuertes ramas para sujetar semejante follaje?
Voy a devolverte tus hojas, pero para que no se te olvide tu osadía todos los años, en invierno te quitaré tus hojas, y para que compruebes Mi misericordia te las devolveré en primavera, y así el resto de los animales podrán volver a disfrutar de tu sombra.
Y así fue. Y el árbol, cada vez que apreciaba el peso de sus hojas se alegraba al pensar en la gran suerte que tenía al llevar semejante peso. Y esto se transmitió de generación en generación entre todas las familias de los árboles descendientes de aquel árbol. Y es por eso que aún hoy hay árboles a los que seDespués de crear la luz, las estrellas, el sol, la luna, el agua, las nubes y la tierra; Dios quiso crear los seres vivos, y empezó con las plantas.
Y así creó la hierba que la hizo verde, fresca y suave. Viendo que era buena se animó y creó las flores dando rienda suelta a su imaginación (¡figúrate lo que puede dar de sí la imaginación de Dios!) y las hizo de todos los colores tamaños y formas.
Aquí también quedó satisfecho, así que pensó en avanzar un poco más y formó los arbustos y matorrales más duros y resistentes. Y cuando ya había ensayado con el herbaje las flores y los arbustos, decidió culminarlo todo con la obra maestra de los vegetales e hizo los árboles.
Uno alto, espigado, con hojas pequeñas y gruesas, y el tronco resinoso.
Era bonito, pero Dios quiso hacer otro mejor aún, así que puso todo su amor e hizo otro con tronco mucho más grueso, con unas ramas que se abrían y bifurcaban infinitas veces formando ramas inmensas llenas de hojas. ¡Y qué hojas!
Grandes, con forma de estrella, y de un verde, que al soplar el viento producían unos brillos de lentejuelas y un susurrar que calmaba al más espírico. Y todo ello sustentado por raíces tan grandes y fuertes que sobresalían de la tierra. Y tal era el aspecto del nuevo árbol que daba la impresión de que si no estuvieran ahí todo el árbol subiría a los cielos.
Era, con mucho, el más bonito de todo el Jardín del Edén. Tanto era así que los pájaros, cuando todo estuvo creado, buscaban sus ramas para anidar, las ardillas buscaban las rugosidades de su corteza para cobijarse, todo tipo de animales buscaban sombra bajo sus ramas, se rascaban en su tronco. Todos estaban muy felices con ese árbol tan bonito. Todos... menos él.
Siempre estaba refunfuñando y de mal humor.
Un día Dios le preguntó el motivo de su enfurecimiento y él le dijo:
_¿Por qué me has maldecido así? ¿Qué he hecho yo? No comprendo qué afrenta te habré causado para que me pongas estas ramas tan grandes y pesadas, que encima tienen que soportar estas infinitas y enormes hojas que son muchas más de las que puedo cargar. ¡¿No ves que pesan mucho?!
El otro árbol lleva con ligereza esas hojitas minúsculas que le has dado, pero yo debo cargar con semejante lastre. Me has hecho mal. ¡No quiero éstas hojas!
Dios, al ver su cerrazón le dijo:
_De acuerdo, si crees que es lo mejor así sea. A partir de mañana no tendrás hojas.
El árbol se quedó encantado ante la idea y esa noche durmió feliz y esperanzado. Por la mañana se llenó de júbilo al ver que todas sus hojas estaban secas en el suelo. Pero pronto su alegría se tornó en tristeza.
Ya nadie iba a acogerse bajo su sombra, las ardillas ya no correteaban por él, los pájaros ya no anidaban sobre sus ramas. Bien es cierto que antes eran un incordio con sus piares, sus arañazos, su continua presencia no le dejaba descansar, pero estaba ahora tan solo, y pasaba tanto frío que empezó a llorar.
Tanto lloró que Dios se apiadó de él y le dijo:
_Ahora te das cuenta de tu gran soberbia y comprendes que no hay nadie más sabio que Yo. Esas hojas que te di eran precisamente lo que te hacía el ser el más deseado. ¿No compensaba eso con creces el peso de las hojas? ¿No te das cuenta de que ya te había dado yo fuertes ramas para sujetar semejante follaje?
Voy a devolverte tus hojas, pero para que no se te olvide tu osadía todos los años, en invierno te quitaré tus hojas, y para que compruebes Mi misericordia te las devolveré en primavera, y así el resto de los animales podrán volver a disfrutar de tu sombra.
Y así fue. Y el árbol, cada vez que apreciaba el peso de sus hojas se alegraba al pensar en la gran suerte que tenía al llevar semejante peso. Y esto se transmitió de generación en generación entre todas las familias de los árboles descendientes de aquel árbol. Y es por eso que aún hoy hay árboles a los que se les caen las hojas.

Desde los afectos


Como hacerte saber que siempre hay tiempo,

Que uno solo tiene que buscarlo y dárselo,
Que nadie establece normas salvo la vida,
Que la vida sin ciertas normas pierde forma,
Que la forma no se pierde con abrirnos,
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
Que no está prohibido amar,
Que también se puede odiar,
Que el odio y el amor son afectos,
Que la agresión porque si, hiere mucho
Que las heridas se cierran,
Que las puertas no deben cerrarse,
Que la mayor puerta es el afecto,
Que los afectos nos definen,
Que definirse no es remar contra la corriente,
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja,
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio,
Que negar palabras implica abrir distancias,
Que encontrarse es muy hermoso,
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
Que la vida parte del sexo,
Que el "porque" de los niños tiene un porque,
Que querer saber de alguien no es solo curiosidad,
Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana,
Que nunca está de más agradecer,
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
Que nadie quiere estar solo,
Que para no estar solo hay que dar,
Que para dar debimos recibir antes,
Que para que nos den debemos saber como pedir,
Que saber pedir no es regalarse,
Que regalarse es, en definitiva, no quererse,
Que para que nos quieran debemos demostrar que somos,
Que para que alguien sea hay que ayudarlo,
Que para ayudar hay que saber alentar y apoyar,
Que adular no es ayudar,
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
Que las cosas cara a cara son honestas,
Que nadie es honesto porque no roba,
Que el que roba no es ladrón por placer,
Que cuando no hay placer en las cosas, no se está viviendo,
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
Que se puede estar muerto pero en vida,
Que se siente con el cuerpo, con el alma y con la mente,
Que con los oídos se escucha,
Que cuesta ser sensible y no herirse,
Que herirse no es desangrarse,
Que para no ser heridos levantamos muros,
Que sería mejor construir puentes,
Que sobre ellos se va a la otra orilla, y también se vuelve,
Que volver no implica retroceder,
Que retroceder también puede implicar avanzar

¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida pero con AMOR?

domingo, 7 de septiembre de 2014

Aprenderas


Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas.... Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío. Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado. Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas. Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma.... descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tu también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida. Aprenderás que

las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no
importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir. Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian. Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, solo por el placer de disfrutar su compañía. Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a
las personas que mas te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la ultima vez que las veamos. Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar. Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto. Aprenderás que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges y sino lo sabes cualquier lugar sirve...
Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados. Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias...

Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica. Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. Madurar tiene mas que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos. Aprenderás que hay mucho mas de tus padres en ti de lo que supones. Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la

esperanza. Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel. Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben como demostrarlo... No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.
Aprenderás que con la misma severidad conque juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado. Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Entonces y solo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho mas lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía mas.

Sencillo vs verdaderos


Un amigo SENCILLO nunca te ha visto llorar.
Un amigo VERDADERO tiene los hombros húmedos por causa de tus lágrimas.

Un amigo SENCILLO no conoce los nombres de tus padres.
Un amigo VERDADERO tiene sus números de teléfono en su libreta de direcciones.

Un amigo SENCILLO trae una botella de vino a tu fiesta.
Un amigo VERDADERO llega temprano para ayudarte a cocinar y se queda hasta tarde para ayudarte a limpiar.

Un amigo SENCILLO odia cuando le llamas después de haberse acostado.
Un amigo VERDADERO te pregunta por qué te tardaste tanto en llamar.

Un amigo SENCILLO procura hablar contigo acerca de tus problemas.
Un amigo VERDADERO procura ayudarte con tus problemas.

Un amigo SENCILLO se imagina tu vida romántica.
Un amigo VERDADERO podría chantajearte con ella.

Un amigo SENCILLO, al visitarte, actúa como un invitado.
Un amigo VERDADERO abre el refrigerador y toma lo que necesita.

Un amigo SENCILLO piensa que ha terminado la amistad después de un argumento.
Un amigo VERDADERO sabe que no tienen una amistad sino hasta después de haber tenido una pelea.

Un amigo SENCILLO espera que siempre estés ahí para Él o ella.
Un amigo VERDADERO siempre estará ahí para ti.

Un amigo SENCILLO leerá esto y lo lanzará a la basura.
Un amigo VERDADERO te lo enviará hasta que esté seguro de que lo has recibido.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Que le enseñarias a tus hijos?

Que aprendan que lo más valioso no es lo que tienen en sus vidas, sino a quien tienen en sus vidas.
Que aprendan que no es bueno compararse con los demás porque siempre habrá  alguien mejor o peor que ellos.
Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame, lo que pueden  hacer es  dejarse amar.
Que aprendan que "rico" no es el que más tiene, sino el que menos necesita.
Que aprendan que deben controlar sus actitudes o sus actitudes los controlarán.
Que aprendan que hay gente que los quiere mucho, pero que simplemente no saben cómo demostrarlo.
Que aprendan que los grandes sueños no requieren de grandes alas sino de un tren de aterrizaje para lograrlos.
Que aprendan que no siempre es suficiente ser perdonados por otros, algunas veces deben perdonarse a sí mismos.
Que aprendan que la felicidad no es cuestión de suerte sino producto de decisiones.
Que aprendan que  dos personas pueden mirar  una misma cosa y ver algo totalmente diferente.
Que aprendan que, al retener a la fuerza a las personas que aman,  las alejan más rápidamente de ellos y, al dejarlas ir, las tienen para siempre a su lado.
Que aprendan que amar y querer no son sinónimos sino antónimos: el quererlo exige todo, el amar lo entrega todo.
Que aprendan que toma años construir la confianza y sólo segundos destruirla.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Una historia sencilla

He aquí un hombre que nació en una aldea insignificante.
Creció en una villa oscura.
Trabajó hasta los 30 años en una carpintería.
Durante tres años fue predicador ambulante.  
Nunca escribió un libro.
Nunca tuvo un puesto de importancia. 
No formó una familia.  

No fue a la universidad.

Nunca puso sus pies en lo que consideraríamos una gran ciudad.  
Nunca viajó a más de trescientos kilómetros de su ciudad natal.
No hizo ninguna de las cosas que generalmente acompañan a los "grandes".  
No tuvo más credenciales que su propia persona.
La opinión popular se puso en contra suya. 

Sus amigos huyeron.  Uno de ellos lo traicionó.   Fue entregado a sus enemigos.

Tuvo que soportar la farsa de un proceso judicial.  
Lo asesinaron clavándolo en una cruz, entre dos ladrones.  

Mientras agonizaba, los encargados de su ejecución se disputaron la única cosa que fue de su

propiedad: una túnica.  
Lo sepultaron en una tumba prestada por la compasión de un amigo.
Según las "normas sociales", su vida fue un fracaso total.
Han pasado casi veinte siglos y hoy Él es la pieza central en el "ajedrez" de la historia humana.

No es exagerado decir que todos los ejércitos que han marchado, todas las armadas que se han construido, todos los parlamentos que han sesionado y todos los reyes y autoridades que han

gobernado, puestos juntos, no han afectado tan poderosamente la existencia del ser humano sobre la Tierra como la vida sencilla de Jesús.

El naufragio

El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y deshabitada isla. Pidió fervientemente a Dios ser rescatado, y cada día escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar.
Cansado, finalmente optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y almacenar sus pocas pertenencias.
Entonces un día, tras de merodear por la isla en busca de alimento regresó a su casa para encontrar su cabañita envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido, lo había perdido todo.

Quedó anonadado de tristeza y rabia. "Dios, ¿cómo pudiste hacerme esto?", se lamentó. Sin embargo, al día siguiente fue despertado por el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a rescatarlo.
_"¡¿Cómo supieron que estaba aquí?!", preguntó el cansado hombre a sus salvadores.
_"Vimos su señal de humo", contestaron ellos.
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Es fácil descorazonarse cuando las cosas marchan mal, pero no debemos desanimarnos porque Dios trabaja en nuestras vidas aún en medio del dolor y el sufrimiento.
Recuerda la próxima vez que tu cabaña se vuelva humo, puede ser la señal de que la ayuda y gracia de Dios vienen en camino.

semillas


Un joven soñó que entraba en un supermercado recién inaugurado y, para su sorpresa, descubrió que Jesucristo se encontraba atrás del mostrador.

- ¿Qué vendes aquí? - le preguntó.

- Todo lo que tu corazón desee - respondió Jesucristo.

Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, el joven emocionado se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear:

- Quiero tener amor, felicidad, sabiduría, paz de espíritu y ausencia de
todo temor - dijo el joven-. Deseo que en el mundo se acaben las guerras, el terrorismo, el narcotráfico, las injusticias sociales, la corrupción y las violaciones a los derechos humanos.

Cuando el joven terminó de hablar, Jesucristo le dice:

- Amigo, creo que no me has entendido. Aquí no vendemos frutos; solamente vendemos semillas.

"Convierte en frutos las semillas que hay en tí".

miércoles, 27 de agosto de 2014

Como un pentagrama

Pentagrama es una serie de cinco líneas paralelas donde el compositor ubica las notas de la escala musical, compás tras compás, hasta lograr un caminar melódico.
Comentan que un día, Amadeus Mozart, a los cinco años, entusiasmado recorría las teclas del piano, como buscando algo. Se le acerca un conocido y le pregunta: ¿Qué estás buscando? El niño artista le contesta:"Las que armonizan y ubicadas, forman finalmente un hermoso concierto".
Amadeus Mozart, ubicando correctamente las notas musicales, compuso melodías inolvidables. Pero demos un paso más. Si en lugar de notas musicales ubicamos personas, nos damos cuenta que es difícil la convivencia, ponernos de acuerdo en el pentagrama de la vida. Las notas obedecen al talento del genio. Y nosotros, las personas, debemos poner ingenio para liberarnos de ataduras, egoísmo y soledades que provocan disonancias que separan.

Cristo es el que desea organizar pacíficamente toda la creación, dañada por el pecado. Él tiene la misión de reunir a todos, a pesar de tantas diferencias. La desunión aleja a unos de otros, separa a las personas, resquebraja hogares, siembra el desconcierto en los pueblos y naciones.
"La unión hace la fuerza". Juntos, hermanados es más fácil y llevadero.

Recordemos que los tizones separados, nunca harán fogón. La búsqueda de caminos para encontrar la unidad, debe estar presente en nuestro ideal de vida. Hemos progresado en todos los campos, y asombrosamente..."los hombres de hoy hemos aprendido a volar como pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos, como hermanos".
Si cultivamos buenos sentimientos abriremos caminos que llevan a la unidad ya que los intereses mezquinos jamás han logrado uniones duraderas. Cuánto tenemos que progresar en el campo de la convivencia. El desafío que nos lanzó  Jesús:"Amaos los unos a los otros", lo hemos trastocado, como decía el inspirado cómico Cantinflas, en "armaos los unos contra los otros".


Comenta el Evangelista San Mateo, que un especialista de la ley, le hizo esta pregunta a Jesús: Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?

Ante esa inquietud capciosa, Cristo respondió:"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y el más importante. Pero hay otro semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la ley y los profetas se fundamentan en estos dos.


Si tomamos en cuenta estas dos orientaciones del Maestro, todo será más fácil.

Raúl Follerau, el apóstol de los leprosos, lo expresa así:"O los hombres  aprendemos a amarnos y a comprendernos mutuamente o estamos condenados a desaparecer sin remedio".


En el pentagrama de la vida busquemos las notas que se aman", ubicándonos de tal manera que,
conformemos una sinfonía y así seamos protagonistas en la "Civilización del  Amor".

Una sonrisa tras la tapia

Visitando una leprosería en una isla del Pacífico me sorprendió que, entre tantos rostros muertos y apagados, hubiera alguien que había conservado unos ojos claros y luminosos que aún sabían sonreír y que siempre decía «gracias» cuando le ofrecían algo.
Entre tantos «cadáveres» ambulantes, sólo aquel hombre se conservaba humano.


Cuando pregunté qué era lo que mantenía a este pobre leproso tan unido a la vida, me dijeron lo observara por las mañanas.
Y vi que, apenas amanecía, aquel hombre acudía al patio que rodeaba la leprosería y se sentaba enfrente del alto muro de cemento que  la rodeaba.

Y allí esperaba... esperaba... hasta que, a media mañana, tras el muro, aparecía durante unos cuantos segundos otro rostro, una bella mujer que se paraba al frente y le sonreía con una hermosa y amplia sonrisa.

Entonces el hombre comulgaba con esa sonrisa y sonreía él también. Luego la mujer desaparecía y el hombre, iluminado, tenía ya alimento para seguir soportando una nueva jornada y para esperar a que, al día siguiente, regresara el rostro sonriente. Era su mujer.

Cuando lo arrancaron de su pueblo y lo trasladaron a la leprosería, la mujer lo siguió, y se instaló a vivir en el pueblo más cercano a la leprosería. Y todos los días acudía para continuar expresándole su amor.

«Al verla cada día - me dijo el enfermo - sé que todavía vivo.»


Muchos viven gracias a tu sonrisa, a tus palabras, a tu esperanza, a las migas de cariño que les puedas dar. No bajes los brazos. No dejes de sonreír y de tratar bien a los demás.

El mejor doctor

Un famoso autor fué invitado una vez por un renombrado cirujano a contemplar una difícil operación que iba a realizar.
Mientras el cirujano llevaba a cabo los preparativos necesarios para la operación, parecía confiado, pero un poco nervioso. Luego, emprendiendo el camino hacia el quirófano, se detuvo un momento e inclinó la cabeza (mientras rezaba en su interior).

Más tarde durante la operación, sus manos se veían sin nervios ... se veían tranquilas ...

Mucho tiempo después, el autor expresó su sorpresa de que un cirujano rezase.

Dijo: Yo creía que un cirujano confiaba en su propia capacidad.
¡¡ Un cirujano es solamente un hombre !!, fué la contestación del médico.
No puede hacer milagros por sí mismo. Estoy seguro que la ciencia no podía haber avanzado tanto, si no fuera por algo más fuerte que el solo hombre. Y después terminó el cirujano diciendo: Me siento tan cerca de Dios cuando estoy operando, que no sé dónde cesa mi habilidad y comienza la suya.

miércoles, 20 de agosto de 2014

El hombre y el mundo


Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos.  Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.

  Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.

De repente se encontró con una revista en donde venía el mapa del mundo ¡Justo lo que precisaba!. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo:   "Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto, para que lo repares sin ayuda de nadie".

Entonces calculó que al pequeño le llevaría días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente. "Papá, ya hice todo, conseguí terminarlo".

Al principio el padre no dio crédito a las palabras del niño. Pensó que sería imposible que, a su edad, hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.

Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares.

¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?

-Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lograste armarlo?

-Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre ...

Así que dí vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que si sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo.
.Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos.  Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.

  Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.

De repente se encontró con una revista en donde venía el mapa del mundo ¡Justo lo que precisaba!. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo:   "Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto, para que lo repares sin ayuda de nadie".

Entonces calculó que al pequeño le llevaría días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente. "Papá, ya hice todo, conseguí terminarlo".

Al principio el padre no dio crédito a las palabras del niño. Pensó que sería imposible que, a su edad, hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.

Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares.

¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?

-Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lograste armarlo?

-Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre ...

Un grano de cafe

Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y como las cosas le resultaban tan difìciles.  No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejo hervir sin decir palabra. La hija espero impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su Padre.

A los veinte minutos el padre apagó el fuego; Sacó las zanahorias y las colocó en un recipiente. Sacó los huevos y los colocó en un plato.
Coló el café y lo puso en una taza. Mirando a su hija le dijo:
"Querida; ¿Que ves?"  "Zanahorias, huevos y café; fue su respuesta.


La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias.
Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Al sacarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro.
Luego le pidio que probara el cafe?. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.


Humildemente la hija preguntó: "¿Que significa esto, Padre?"
El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua fragil. Su cascara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café? sin embargo eran los únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.


"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta", ¿cómo respondes? "Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?"
Y cómo eres tú: "Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
"Eres un huevo, que comienza con un corazon maleable? Posees un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido?  Por fuera te ves igual, pero "Eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazon endurecido?  "O eres como un grano de café? ¿El café? cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las
cosas se ponen peor tu reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.
¿Como manejas la adversidad?
Eres una zanahoria, un huevo o un grano de cafe.

Has de mi un instrumento de paz

Oh, Señor....
Has de mí un instrumento de tu paz, para que :
Donde haya odio, ponga yo amor
Donde haya ofensa, ponga yo perdón
Donde haya discordia, ponga yo unión
Donde haya error, ponga yo verdad
Donde haya duda, ponga yo la fé
Donde haya desesperación, ponga yo la esperanza
Donde haya tinieblas, ponga yo la luz
Donde haya tristeza, ponga yo la alegria

Oh...Maestro
Haz que yo no busque tanto...

Ser consolado, como consolar
Ser comprendido, como comprender
Ser amado, como amar
Porque dando se recibe
y olvidando se encuentra
Porque dando se encuentra el perdón
y muriendo se resucita a la Vida Eterna

lunes, 11 de agosto de 2014

El placer de servir


Toda naturaleza es un anhelo de servicio.
      Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
      Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;
      Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú;
      Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.
      Sé el que aparta la piedra del camino, el odio entre los
      corazones y las dificultades del problema.

      Hay una alegría del ser sano y la de ser justo, pero hay,
      sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.
      Qué triste sería el mundo si todo estuviera hecho,
      si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.

      Que no te llamen solamente los trabajos fáciles
      Es tan bello hacer lo que otros esquivan!
      Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito
      con los grandes trabajos; hay pequeños servicios
      que son buenos servicios: ordenar una mesa, ordenar
      unos libros, peinar una niña.
      Aquel que critica, éste es el que destruye, tu sé el que sirve.
      El servir no es faena de seres inferiores.
      Dios que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera
      llamarse así: "El que Sirve".

      Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos
      pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quien?
      ¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?

miércoles, 6 de agosto de 2014

El elefante encadenado

Cuando yo era chico me encantaban los circos y lo que mas me gustaba de los circos eran los animales. También a mí, como a otros, después me enteré que me llamaba la atención el elefante.

Durante la función la enorme bestia hacia despliegue de su peso tamaño y fuerza descomunal...pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.


Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad arrancar la estaca y huir.


El misterio es evidente : ¿ Qué lo mantiene entonces ¿Por qué no huye?


Cuando tenía cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia :
Si está amaestrado ¿Por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.


Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca...y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.

Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta : EL ELEFANTE DEL CIRCO NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA PARECIDA DESDE QUE ERA MUY, MUY PEQUEÑO.


Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar y también al otro y al que le seguía....Hasta
que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree - pobre - que NO PUEDE.


El tiene el registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás...jamás....intentó poner a prueba su fuerza otra vez.


Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos" simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez probamos y no pudimos. Hicimos entonces, lo del elefante : grabamos en nuestro recuerdo: NO PUEDO....NO PUEDO Y NUNCA PODRE. Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar.


Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma : " NO PUEDO Y NUNCA PODRE " Vivimos condicionados por el recuerdo de otros, que ya no somos y no pudieron.


Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón.....TODO TU CORAZON".