sábado, 22 de marzo de 2014

Familia

Que se respire en el hogar doméstico
aquella caridad que irradiaba
la familia de Nazaret.

Que florezcan todas las virtudes cristianas;
que reine la unión
y resplandezcan los ejemplos
de una vida honesta.

Que el papá, sea entre los suyos
como el representante de Dios,
e ilumine y preceda a los demás,
no sólo con su autoridad,
sino con el ejemplo de una vida íntegra.

Que la mamá, con su delicadeza
 y su virtud sea en el hogar doméstico,
la que guíe a sus hijos, con suavidad y fortaleza;
que sea buena y afectuosa con su marido,
y con él instruya y eduque a sus hijos,
don precioso de Dios,
para una vida honrada y religiosa.

Que los hijos obedezcan siempre a sus padres,
como es su deber, que los amen
y sean no sólo su consuelo,
sino también su ayuda en cada necesidad.

Que el testimonio del Hogar de Nazaret,
ilumine nuestras vidas
en todas las circunstancias.

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