miércoles, 2 de abril de 2014

El perro de la plaza

Mientras este banco me acoge un debilucho perro me mira este recorre toda la plaza en busca de esperanzas, su mirada refleja miedo… miedo a que? miedo a la vida? Miedo a la muerte?
Lo único que se es que ve en mi las esperanzas de alimentarse, quizás es lo único de sus instintos salvajes aparte del reproducirse que le queda intacto.
Por qué ver tan decadente espectáculo de la naturaleza aterra? Aterra por que te das cuenta del implacable paso del hombre de su carrera por la evolución y como descarta sin piedad a quien no es apto… evolución, me encanta esa palabra aun que me gustaría entender que mierda de evolución es la que llevamos, bueno al ver reportajes los mas buena onda dicen que al polo norte no le quedan mas de 20 años de vida… que mierda vamos a hacer cuando eso ocurra? Si ya en estos momentos el clima es insoportable.
Evolución, en que nos convertiríamos en millones de millos de años mas? En seres con un puerto usb es mas quizás ni necesitemos alguna interfase para estar conectados.
Que vera en mi ese pequeño perro de pelaje negro y brillante carcomido por la tiña, seré una especie de ser supremo para el bueno sus instintos le dicen que forme una manada el quiere cumplir su rol de defensor de esta sociedad virtual que estamos formando claro proyectada por sus instintos.
Por que se fia en mi? Por que le doy esperanzas? Pienso esto mientras un tipo grita tras mío a un teléfono que apega a su mejilla, que chistoso aquel tipo ahora tiene los ojos igual que ese perro, ya no diferencio mucho a los animales de los humanos.
Lo digo al ver a ese tipo con mi compañero de plaza los dos tienen esperanzas en algo los dos las creen perdidas pero los dos se tienen que apoyar en algo para apaciguar lo que nos acongoja, ese perro me recuerda al cristiano que sigue en pie gracias a su Dios, me pregunto… que pasaría si de un día para otro ese dios en que todos se apoyan y entregan su fe desaparece… nunca existió, se va o los deja.
Ups… el sol invadió esta banca debo arrancar y buscar refugio en otro lugar, al sentarme aun pienso en el perro, al dar vuelta la mirada al otro lado de la plaza me encuentro con la sorpresa que mi compañero mira con desconsolada apariencia a una señorita que estaba sentada en la banca de al lado… jajaja ya se la respuesta a mi pregunta…

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